1 Star2 Stars3 Stars4 Stars5 Stars (No Ratings Yet)
Cargando…

Cómo entrenar tus capacidades de liderazgo

capacidades de liderazgo

A lo largo de la historia los líderes más influyentes han empleado técnicas para conseguir potenciar sus habilidades de liderazgo.

Desde Ghandi a Churchill, pasando por Kennedy y  Martin Luther King, hasta Mandela, Bill Gates, los líderes del siglo XX que han demostrado más carisma siempre tuvieron un plus de ánimo especial para crecerse en las dificultades, no doblegar su ánimo ante el desaliento y ser siempre optimistas y positivos ante el futuro que ellos mismo podían contribuir a construir.

A continuación te resumimos algunas de las técnicas más utilizadas por estos y otros líderes.

Desarrollo del pensamiento positivo: todos estos líderes fueron capaces de ver el vaso medio lleno… Si nos mostramos realmente positivos y optamos por ver el lado bueno de las cosas sin perder el sentido crítico, conseguimos reaccionar mejor ante las cosas, desarrollamos menos estrés y afrontamos menos temores. Cuando surgía un problema, todos estos grandes hombres sabían transformarlo en una oportunidad.

Aprende a motivar a tu equipo: cuando algún miembro de tu equipo obtenga un éxito o implemente haga algo bien, felicítalo, de este modo reforzarás su autoestima. No tengas miedo de elogiarlos. Todas las personas funcionan mejor cuando se sienten bien consigo mismas, son arropadas en el error y reforzadas en el éxito, y no cuando son constantemente criticados. Navegas es una buena práctica para la capacidad de liderazgo, ya que es un ejercicio de trabajo en equipo en el que cada uno asume un papel, todos importantes, siempre al mando de un patrón.

Ejercita la empatía: es el ejercicio que consiste en porte en el lugar del otro. Se puede trabajar tras una conversación del equipo, comentar con alguien de confianza cómo se han percibido los diferentes estados de ánimo y hacer una puesta en común al respecto.

Aprender a delegar: esto es un aspecto fundamental en un líder. El arte de delegar consiste en dividir las grandes tareas en otras más pequeñas y en muchas ocasiones es la garantía del éxito. Si delgas y la otra persona no lo hace correctamente no lo sustituyas enseguida: indícale con tacto cómo puede mejorar sin intervenir directamente.

Organización de actividades: la organización de actividades requiere de planificación, gestión de recursos, motivación, gestión del tiempo y gestión de incertidumbre. Un buen ejemplo y una buena práctica puede ser la organización de un viaje, en la que, entre otras muchas cosas, hay que escoger la mejor ruta, organizar el equipaje, gestionar adecuadamente el tiempo y prever contratiempos. Lo mismo ocurre con cualquier proyecto empresarial que se emprende.