Unas pocas marcas para dominarlas a todas
Hace pocos días los medios de comunicación se han hecho eco de la compra de SabMiller por parte de Ab Inbev por 95.000 millones de euros. Se trata del sector de la cerveza, tan en auge en Europa los últimos años.
Esta acción, que ya de por sí es bastante notable dado que da un poder inmenso a Ab Inbev como productora internacional de cerveza, ha servido también para poner en evidencia cómo en muchos sectores pocas marcas dominan casi todas las ramas del negocio, sólo que en lugar de mostrarse bajo un único nombre lo hacen con filiales de distinta nomenclatura, estilo e incluso precios.
Esto mismo sucede también en otros ámbitos de negocio como la moda, la tecnología o el motor. ¿Pero realmente es algo tan negativo como se ha insistido en constatar?
Es cierto que cualquier posición predominante de una empresa en el mercado le da un peligroso poder para establecer determinadas directrices que, finalmente, pueden acabar afectando de forma directa al bolsillo de los consumidores de sus productos o servicios, pasando además por toda la cadena de distribución hasta que llega al vendedor final.
Sin embargo, esto no siempre supone un aumento de los precios o una menor cantidad de unidades que llegan al comprador. Si acaso, lo que permite es que algunas empresas de cierto estilo concreto, puedan amoldarse a las necesidades de nuevos consumidores y, en ocasiones, pueden ofrecer productos a un precio diferente (tanto menor como mayor) con el fin de atraer a un distinto tipo de público.
La compra entre empresas persigue obviamente el beneficio económico, pero no siempre supone un menoscabo para el sector. En ocasiones, dicha compra es la que posibilita que la distribución de determinada marca continúe con mayor fuerza o que incluso pueda llegar de forma factible allí donde antes era imposible con los recursos existentes.
¿Es el caso de Ab Inbev? La verdad es que el sector de la cerveza es cada vez mayor dominio de las marcas alemanas. Cabe destacar que las marcas españolas están consiguiendo mantener su independencia, aunque esto podría cambiar próximamente. ¿Pero qué supondría para el consumidor final?
La distribución internacional de cualquier marca de cerveza siempre es bienvenida y el aumento de precio de la misma es algo que finalmente se queda en decisión del cliente. De hecho, no siempre sucede este aumento de coste, simplemente se mejora la producción y la distribución. ¿Qué supondría por ejemplo que a España llegaran más lager alemanas de la mayor calidad? ¿Cuánto estaría el consumidor medio dispuesto a pagar por ellas?
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