Cómo el sector del implante capilar ha atraído a todo tipo de pacientes

El sector del implante capilar, por costumbre social y limitaciones tecnológicas, siempre ha ido vinculado a la población masculina de entre 30 y 50 años de edad. Sin embargo, en los últimos años el sector ha ido experimentando una evolución en lo que se refiere a público objetivo y pacientes, que a su vez ha incrementado el valor de las clínicas especializadas en el mercado.

El implante capilar para hombres se ha extendido principalmente en relación a la alopecia androgenética, principal causa de calvicie. Hasta el momento se acudía cuando los efectos eran claramente visibles, parte por prejuicios sociales y también debido al coste que suponía un tratamiento de este tipo.

El abaratamiento de las técnicas, las posibilidades de financiación y una mayor aceptación de la calvicie como un problema que debe solucionarse y que puede afectar a cualquier persona, han permitido que la edad a la que se acude a clínicas especialistas en implante capilar sea cada vez menor.

También la tendencia social hacia un aspecto más saludable y atractivo en función del pelo en cabeza, barba y cejas no sólo ha motivado a muchos jóvenes acudir en busca de un tratamiento capilar efectivo y que dure para siempre, sino que además ha permitido el desarrollo del implante capilar en otras áreas que hasta el momento suponían intervenciones anecdóticas.

Por otro lado está la población femenina, a menudo reticente a este tipo de tratamientos y por costumbre no considerada aceptable la problemática como una enfermedad corriente. Estudios que han confirmado que el porcentaje de mujeres con alopecia es considerable, han permitido cambiar esta noción de una rara afección a un problema de salud real y, por tanto, a buscar una solución médica efectiva.

La alopecia femenina o FAGA, como también se le conoce, está ocupando cada vez un mayor número de casos de implante capilar y también motivando un estudio científico en relación a cómo realizar el procedimiento, para que los resultados hayan conseguido ser positivos. Hay que tener en cuenta que ni el cabello ni la proporción de las zonas donantes se equiparan con las de la población masculina, por lo que el procedimiento para ambos sexos tiene diferencias.

Por último, cabe destacar el desarrollo en instrumental y equipo médico del que se ha beneficiado el sector del implante capilar. El micropunch, la monitorización microscópica y otros materiales y programas desarrollados los últimos años, consiguen mejorar las fases de diagnóstico, procedimiento y seguimiento que, a la larga, permiten un resultado perfecto del implante capilar, lo que a su vez fomenta la confianza y el interés de los pacientes potenciales.