Grandes obstáculos emocionales a los que se enfrenta un emprendedor
Como en cualquier faceta de la vida, en la del emprendimiento se atraviesan también baches psicológicos y emocionales. Lo deseable es que se superen pronto y que sirvan para seguir trabajando.
Una vez superadas las fases de las buenas ideas y los planes de empresa más o menos razonables, no es extraño que empiecen a surgir los problemas. Pueden ser de financiación, uno de los grandes obstáculos, falta de apoyos, clientes o proveedores que no ven claro el proyecto y se desmarcan…
En esta fase es cuando se demuestra quién es un emprendedor de raza y quién no. Entre los principales riesgos emocionales a los que se enfrenta, y que deberá superar, se encuentran los siguientes:
Frustración: en realidad, como pasa en otras facetas de la vida, el emprendedor puede atribuir esos problemas a su incapacidad para llevar el negocio, sin pensar que estos afectan a prácticamente la mayoría de emprendedores. Conocer algún caso de emprendedores que han superado obstáculos parecidos ayuda para que no cunda el desánimo. Por ello es conveniente relacionarse y estar informado, leer biografías de empresarios de éxito, etc.
Estrés: es el resultado del exceso de trabajo y preocupaciones, complicando la gestión empresarial y también la vida personal y familiar. Es importante organizarse, definir unos objetivos y coger la agenda para ver si son factibles o no. A partir de ahí ajustar las tareas.
Bloqueo: toda esta situación conduce a un bloqueo, causado también por un exceso de dudas ante posibles disyuntivas. Una solución puede ser fijarse metas a corto plazo e ir quemando etapas, ya que emprender es una carrera de fondo. No hay que obsesionarse con ser el primero sino procurar ser bueno, hacerlo bien y vivir bien. Y siempre con aspiraciones de superación.
Miedo a perderlo todo: en los casos en los que un error puede dar un duro revés a la economía personal. Para evitarlo, es necesario establecer en el plan de empresa unos límites que no se puedan traspasar bajo ningún concepto: respecto a endeudamiento, etc.
Rechazo social: si no se logra el éxito con rapidez, muchas veces el entorno social tiende a etiquetar al emprendedor como fracasado. Si este se ve en la obligación de abandonar el negocio, este hecho solo debe verse como un paso atrás para tomar impulso y volver a empezar con más experiencia y en mejores condiciones. Eso sí, siempre hay que aprender de los errores.