¿Qué es la robótica colaborativa?
Muchas empresas tienen la idea de que los robots quitarán el trabajo a los seres humanos. Para la visión clásica y también la más simplista con la robotización la industria pasará a ser totalmente automatizada y la mano de obra se verá completamente sustituida por máquinas.
Sin embargo, el futuro es más complejo de lo que parece y se observan nuevas tendencias que parecen imponerse. Una de ellas es la que busca integrar a los robots en el sistema de producción para facilitar el trabajo a los seres humanos, no para sustituirlos. Los robots que hasta ahora estaban recluidos en determinadas áreas de producción salen para trabajar en equipo con los empleados.
A esto se le llama robótica colaborativa. La integración de los robots en el trabajo de las empresas no busca eliminar su empleo, no son elementos sustitutos de las personas.
Los robots de este tipo de robótica, que también son conocidos como cobots se utilizan para tareas mecánicas y repetitivas, que no dejan espacio para la creatividad ni la improvisación. Son tareas que requieren alta precisión o que requieran un gran esfuerzo físico, que llevaría a una persona que las realizara de continuo a enfermedades laborales o lesiones.
También resultan útiles para el transporte de materias primas por las plantas de las fábricas, recoger objetos en caso de estar dotados de brazos o hacer inventarios si están equipados con cámaras de vídeo.
Estos robots, en su fase más avanzada de desarrollo y perfeccionamiento están diseñados para el cuidado de la seguridad. Es por ello que integran sistemas de percepción 3D, navegación autónoma y detección de personas. Esto hace que puedan estar junto a una persona preparando pedidos sin riesgo para esta.
En otros casos hay robots preparados para reducir su velocidad y detenerse en caso de que aprecie peligro de colisión.
Para definir mejor esta tendencia en robótica algunos expertos hablan de una robótica más autónoma y flexible. La autonomía en el caso de los robots significa que estos son capaces de percibir el entorno, adaptarse y tomar decisiones en función de cambios que se produzcan en dicho entorno. La flexibilidad significa que los nuevos robots son más sencillos de programar cuando se les asigna una nueva función. Hoy en día los que están en las fábricas están aislados, metidos en jaulas y hay que reprogramarlos de arriba a abajo para conseguir que hagan algo diferente.
La robótica colaborativa, sin embargo, todavía está dando sus primeros pasos y los expertos señalan que todavía pasarán 10 ó 15 años para su implantación general.