Bimbo compra Panrico

En el sector de la bollería industrial a nivel empresarial es la noticia de la semana. La empresa mexicana Bimbo ha comprado a la que es su competidora directa, Panrico, propiedad hasta ahora del fondo Oaktree.

La operación se ha realizado por 190 millones de euros y se deja fuera de la transacción el pan de molde, parte importante de las ventas de la compañía. Se trata sin duda de un movimiento estratégico de Bimbo que afianza su liderazgo mundial y lo hace a muy bajo coste, si se tiene en cuenta que originalmente Panrico fue vendida la primera vez en 2005 por 900 millones de euros.

La situación de Panrico se ha vuelto insostenible a lo largo de los años, lo que ha motivado su venta final a Bimbo, que asumirá la producción de todas sus marcas emblemáticas, entre las que destaca Donuts, Bollycao, La Bella Easo, etc.

Por su parte Bimbo sigue nutriendo a la industria de la bollería con otras marcas que también gozan de una reputación internacional incomparable, desde su nombre comercial Bimbo hasta Bony, Pantera o Tigretón, entre otras muchas.

Con esta operación, Bimbo además afianza su posición en un momento en el que parece estar en auge como marca internacional. A nivel empresarial cuenta con 166 fábricas distribuidas por todo el mundo y 1.600 puntos de venta. Su actividad se distribuye entre América, Europa y Asia. En España Bimbo está muy presente tras la compra de su filial Bimbo Iberia. Cuenta con 9 plantas de fabricación en las que trabajan hasta 2.000 empleados.

La labor de Bimbo es un ejemplo de producción e inversión equilibradas que le está aportando una trayectoria económica envidiable por todas sus competidoras. Su estrategia se basa en la producción de enseñas propias que se introducen en las tiendas de forma diferenciada de la competencia. En muchos casos, la compra de marcas de la misma, como se ha visto de forma práctica con la compra de Panrico, le otorga una mejor posición en el mercado y la ventaja de aprovechar la reputación de dichas marcas para incrementar sus ventas sin un excesivo coste publicitario.

La muestra más palpable de que Bimbo está realizando bien las cosas es que desde hace mucho tiempo no vende ninguno de sus activos. La compra de Panrico es, sin embargo, una de las más importantes del último periodo en el sector y, sobre todo, para Bimbo, que se ve ante el reto de rentabilizar unas marcas que, por su naturaleza, deberían ser fácilmente provechosas.