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Consejos para mejorar la gestión diaria del emprendedor y de su equipo

gestión diaria

El ser humano es un animal de costumbres, de forma que la repetición de un mismo patrón de conducta nos genera una sensación de estabilidad, al pisar sobre seguro, movernos en un ámbito conocido.

Según MacGregor y Simpson, autores de Chief Wellbeing Officer, libro que propone el bienestar como herramienta estratégica para cualquier directivo, esa repetición de patrones de conducta nos ayuda a controlar el estrés y a controlar mejor las situaciones.

El reto se planta cuando quieres eliminar conductas negativas y sustituirlas por otras positivas. Estos autores proponen una serie de trucos diarios, que comienzan todos ellos por la letra C, cuya característica principal es que son procesos repetitivos, para que la repetición de una nueva conducta tenga mayor repercusión en tu vida. Son los siguientes:

Conciso: realizar un pequeño esfuerzo alcanzable te llevará a conseguir un buen resultado si existe la constancia diaria. Si establecemos pequeños pasos podemos crear una rutina que dé lugar a un nuevo hábito.

Concreto: establece siempre objetivos concretos, definidos y mensurables. Si la rutina se realiza en el mismo horario, crecerá la motivación por cumplir ese objetivo.

Conjunto: utilizar un hábito ya establecido como apoyo para crear otro nuevo facilitará el proceso, ya que aquel ya lo tenemos integrado en una rutina.

Compartido: es fundamental compartir el deseo por alcanzar el cambio. Esto hará que se convierta en una responsabilidad y casi un compromiso adquirido. Por que las palabras deben ir ligadas a las acciones, y de esta forma aumenta nuestra credibilidad.

Constante: si se realiza un seguimiento de la conducta repetida se crea un efecto cadena, que cada vez costará más de romper, y al final esto mismo se convertirá en un incentivo por el que continuar.

Contextualizado: nunca hay que perder de vista el contexto ni el entorno físico, ya que permite generar una visión más amplia de la propia conducta y provoca que exista motivación. En algunos casos el cambio de contexto y un entorno distinto pueden propiciar un cambio de conducta y favorecer la motivación.

Colectivo: la conducta individual se ve claramente influida por el entorno, familia, amigos y compañeros.

Los autores advierten que, probablemente, no sea posible llevar a término todos estos trucos o consejos, al menos de forma satisfactoria. Por ello, advierten de que cada persona debe descubrir cuáles son aquellos que pueden beneficiarles más para el cambio de conducta.