¿Saben conectar las empresas con los clientes jóvenes?

Históricamente las empresas han buscado conectar con el público más joven, al menos desde que este alcanzó una mayor capacidad económica después de la segunda guerra mundial.

Actualmente, los jóvenes siguen teniendo un presupuesto de gasto alto, nada desdeñable, así que las compañías deberían tomarlos muy en serio.

En los últimos años las grandes empresas se han esforzado por entender a los millenials y adecuar su oferta a los intereses de este colectivo, pero los años han pasado y los millenials ya no son los jóvenes que hay que conquistar, han sido reemplazados. Es ley de vida y ahora toca abordar a otro público joven con otras características diferentes.

Es decir, que lo aprendido sobre la generación del milenio no sirve exactamente para comprender a los nuevos jóvenes.

Las marcas se enfrentan a una situación compleja, ya que este público joven ha pasado por ciertos problemas relacionados con la ansiedad (según un estudio británico un 66 de los jóvenes entre 16 y 2 años han padecido este trastorno), con la depresión (un 65%), soledad (un 69%) o baja autoestima (un 39%).

Por ello, las compañías tienen una papeleta complicada para desarrollar contenidos que lleguen a este público. El ejemplo de las más recientes campañas del desodorante Axe es un caso de éxito al plantear estos problemas y al comprender que los jóvenes de hoy en día están mucho más abiertos a normalizar cuestiones como la salud mental.

Por otro lado, los consumidores jóvenes valoran que las marcas luchen contra estos problemas: el 62% ve con buenos ojos que lo hagan y hasta un 73% prefiere aquellas que se significan donando a ONGs promotoras de la salud mental.

Las compañías que conectan mejor con los jóvenes de ahora mismo son las que se muestran de forma sincera autenticas y transparentes, sin ponerse en evidencia queriendo vender a toda costa.

Además, cuenta la sorpresa y la innovación a la hora de plantear una campaña diferente, que sea capaz de seducirles. Los expertos dicen que si la generación anterior buscaba experiencias, esta busca productos.

Otra cuestión es el canal para llegar hasta ellos: las empresas tienen que trabajar a fondo las nuevas tecnologías para llegar a estos potenciales clientes, 100% nativos digitales: nunca han vivido en un mundo sin internet ni móviles, a los que están conectados casi constantemente. Además, son la generación que menos horas dedica a ver la televisión de forma tradicional y que menos utiliza Facebook.