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La almendra californiana mantiene el pulso a la almendra española

La comercialización de la almendra los últimos años está demostrando ser la más rentable en el sector de alimentación, por encima incluso de la naranja. Este fruto encuentra buena acogida no solo en España sino también en todo el mundo, donde la demanda ha subido de 800.000 toneladas a 1,1 millones en apenas 6 años. Solo en 2016 el incremento de demanda anual ha sido del 5%.

Esto ha motivado a muchas empresas españolas a evolucionar con la adquisición de nuevos campos de cultivo, la transformación de los ya existentes utilizados con otros frutos y la adquisición de sistemas de control y mejora de la rentabilidad como Software ERP para Cooperativas de Almendras.

El sector de la almendra, por tanto, está en alza. Sin embargo sería ilusorio plantear que solo la producción española entra en el juego comercial, incluso a nivel nacional. De hecho, la variedad de almendra californiana está representando el mayor rival para el fruto local.

California es el primer productor mundial de almendra. Debido al aumento de demanda, su producción ha seguido creciendo como ha sucedido en otros países, entre ellos España. Una de las mayores bazas con las que cuenta esta variedad del fruto es que la almendra californiana no solo presenta unos precios competitivos, sino que los mantiene a la baja.

Esto ha motivado una consecuente bajada de precios también en la almendra española, que según las distintas variedades, se ha tenido que vivir un descenso en los precios por kilo en cáscara de varios céntimos por semana. La acumulación con respecto al año anterior por estas fechas alcanza en algunas variedades casi 2 euros el kilo.

Pese a ello, la almendra española contesta el pulso de la almendra californiana todavía con rentabilidad. Ante la expectativa de un descenso continuado de los precios, se plantea una creciente productividad, que podría duplicarse según cálculos publicados por la organización de productores Almendrera del Sur, durante los siguientes tres años.

Las expectativas a largo plazo son todavía más positivas, dado que se considera que la almendra ocupará un lugar preferente en la producción del sector alimentario y podría llegar incluso a triplicar el volumen en unos pocos años.