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El decálogo de la empresa responsable

Hoy en día la llamada Responsabilidad Social Corporativa (RSC), que se conoce también como Responsabilidad Social Empresarial (RSE), ha calado en las empresas debido a la concienciación creciente que existe en nuestra sociedad. Otra manera de referirse a este concepto es la inversión socialmente responsable.

Se entiende por esta idea la contribución corporativa voluntaria de las empresas para impulsar la mejora social, medioambiental y económica. Con ello las empresas hoy en día se posicionan frente a la competencia y adquieren un valor añadido que traspasa la rentabilidad económica.

A continuación pasamos revista a las 10 reglas básicas que debe seguir cualquier marca para una actuación responsable.

  1. Tener un ADN responsable: la organización debe integrar la responsabilidad social y la sostenibilidad en el Core Business, un concepto que puede traducirse como “actividad principal”, la razón de ser de una empresa.
  2. Reputación corporativa: hoy en día las cifras o bastan. La reputación de las empresas pasa hoy en día por tener un desarrollo sostenible. Los grupos de interés castigan los errores y las malas prácticas y pueden provocar una crisis grave de reputación con consecuencias negativas para la empresa.
  3. Más allá de las 4 P: Producto, Precio, Distribución y Promoción deben reinventarse en el seno de una empresa responsable y ésta deben saber combinarlas con una estrategia de RSC de la compañía que consiga trasladar una imagen corporativa comprometida.
    El nuevo marketing incluye también valores sociales y medioambientales.
  4. Transparencia: la transparencia a todos los niveles genera confianza y traslada fiabilidad a los clientes.
  5. Confianza de los consumidores: ganarse la confianza de los grupos de interés y, por extensión, de los consumidores tiene una incidencia muy clara en la supervivencia de las compañías dentro de un mercado tan competitivo como el actual.
  6. Trasladar la RSC a las políticas de comunicación: la empresa debe ser capaz de generar nuevas formas de comunicación más responsable, fluida e interactiva. La estrategia de comunicación de una empresa responsable debe aproximar lo máximo posible la realidad de la compañía con la percepción que se tiene de ella.
  7. Adaptación al nuevo marco virtual: aquellas organizaciones que no se adapten al nuevo contexto responsable e interactivo, en el que las redes sociales tienen un peso cada vez más importante, van a fracasar.
  8. Fijar objetivos a largo plazo: los objetivos estratégicos planteados a corto plazo están llamados a fracasar. El plan de marketing debe estar construido sobre una estructura sólida y comprometida de acuerdo con los principios y valores de la empresa.
  9. El marketing responsable debe estar al servicio de la RSE: es decir, que la compañía debe tener una estrategia global responsable que debe vertebrarla de arriba a abajo. No va a funcionar hacerse pasar por una empresa responsable y, en realidad, seguir anclados a modelos de gestión caducos.
  10. Inversión a largo plazo: el marketing responsable y la RSE, desarrollados de forma coherente, es una inversión a largo plazo que va a reportar beneficios empresariales en materia de reputación y económicos. Todo es cuestión de realizar una buena integración.