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La gamificación puede ayudar a las empresas a crecer y diferenciarse

gamificación

La vida laboral puede enfrentarnos a menudo a situaciones tediosas. Una empresa que lograra que sus empleados abordaran su trabajo como si de un juego se tratara tendría más posibilidades de crecimiento gracias a una plantilla más motivada.

Por gamificación entendemos la utilización de mecánicas de juego en entornos y aplicaciones no lúdicas con el fin de potenciar la motivación. Por ejemplo, la cadena productiva de una empresa.

La gamificación puede ser de dos tipos en función del público a la que vaya dirigida: interna si va enfocada a los empleados de una empresa o externa si sus destinatarios son los clientes.

Entre los beneficios de esta técnica se encuentra la optimización de los procesos, ya que los empleados se esfuerzan por conseguir la recompensa que se halla detrás de cada tarea. Determinados estudios han demostrado que la gamificación disminuye también el absentismo laboral, consecuencia lógica de un aumento de motivación por parte de la plantilla.

Para llevar este concepto a la realidad del día a día de una empresa no es tan sencillo, hay que contar con especialistas ya que hay que aplicar la óptica de un diseñador de videojuegos: el objetivo es que los empleados, clientes, alumnos, etc., en definitiva, los jugadores, encuentren la dinámica atractiva.

Sin embargo, como aspecto negativo cabe señalar que no todos los procesos dentro de una compañía pueden ser gamificados.

Kevin Werbach y Dan Hunter, los mayores expertos en gamificación a escala mundial, establecen tres categorías a la hora de construir los elementos un sistema gamificado. En función de su nivel de abstracción estos especialistas identifican:

  • Dinámicas: se sitúan en el nivel más alto de la abstracción y es donde se definen los conceptos como la narrativa, restricciones o progresión del jugador, que no entran nunca a formar parte del juego.
  • Mecánicas: la definición de las cosas que ocurren en el desarrollo del juego: desafíos, elementos de azar, cooperación o competición entre jugadores, recompensas, transacciones, turnos, reglas de victoria, etc.
  • Componentes: se trata de los elementos con los que los jugadores interactúan directamente: avatares, emblemas, misiones, niveles, tablas de clasificación, puntos, equipos…

En definitiva, la gamificación puede ser una potente herramienta para mejorar la competitividad de las empresas, para diferenciarse de la competencia, para aumentar la motivación de los empleados y su compromiso con la empresa, el ambiente laboral, etc.